Félix Rubén García Sarmiento, conocido como Rubén Darío (Metapa, hoy Ciudad Darío, Matagalpa, 18 de enero de 1867 - León, 6 de febrero de 1916), fue un poeta nicaragüense, máximo representante del Modernismo literario en lengua española. Es posiblemente el poeta que ha tenido una mayor y más duradera influencia en la poesía del siglo XX en el ámbito hispánico. Es llamado príncipe de las letras castellanas.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

NICARAGUA: SU CULTURA

ASPECTO CULTURAL





En vista de su importancia como elemento manifestador de la identidad cultural e instrumento de desarrollo del pueblo nicaragüense, el Patrimonio Cultural se encuentra protegido por la Constitución Política de la República. Esta señala en sus artículos 126 y 128 el deber del Estado de promover el rescate, desarrollo y fortalecimiento de la cultura nacional en todas sus manifestaciones y de proteger el Patrimonio arqueológico, histórico, lingüístico, cultural y artístico de la nación.

Este papel lo ejerce el Estado a través del Instituto Nicaragüense de Cultura, que de conformidad a su ley creadora (Decreto No. 427, publicado en La Gaceta, Diario Oficial, No. 61 del 3 de abril de 1989) tiene entre sus funciones generales el velar por la conservación del patrimonio cultural del país en coordinación con las instituciones correspondientes. A nivel ténico-operativo esta función la ejerce principalmente por medio de la Dirección de Patrimonio Cultural, principal órgano estatal especializado en conservación y protección de los bienes integrantes del patrimonio cultural, así como por otras instituciones especiales pertenecientes a su estructura orgánica como el Museo Nacional de Nicaragua, la Biblioteca Nacional “Rubén Darío”, el Archivo General de la Nación y la Cinemateca Nacional de Nicaragua.
La protección al Patrimonio Cultural nicaragüense se encuentra garantizada a nivel jurídico por el Decreto 1142 “Ley de Protección al Patrimonio Cultural de la Nación”, publicado en La Gaceta, Diario Oficial, número 282 del 2 de diciembre de 1982, que contiene normas de conservación al Patrimonio paleontológico, arqueológico, histórico y artístico a nivel nacional. Si bien es cierto esta Ley vino a marcar un hito importante en esta labor, actualmente se encuentra en un proceso de actualización por parte de las autoridades culturales, civiles y políticas pertinentes.
Es necesario destacar que la labor de protección del Patrimonio Cultural depende en gran medida del interés y aporte social ya que los particulares e instituciones públicas y privadas son los vinculados directamente, y en primera instancia con los bienes culturales. El saqueo y destrucción de sitios arqueológicos, la comercialización ilegal de bienes culturales y el tráfico ilícito de los mismos van mermando considerablemente el acervo cultural de Nicaragua y nos van empobreciendo patrimonialmente. La depredación de nuestros recursos culturales se extiende también a los aspectos intangibles, caso demostrado por la extinción de lenguas indígenas durante los dos últimos siglos y el peligro latente en la actualidad, de extinción de las lenguas garífona y rama en nuestro país.

Por su particular posición geográfica y su evolución histórica, Nicaragua cuenta con un rico y variado Patrimonio Cultural. Este se encuentra integrado por los vestigios de las culturas prehispánicas que desde hace milenios poblaron el territorio nacional sumado a los aportes de la colonización española ocurrida entre los siglos XVI al XIX y que en conjunto a los efectuados por otras nacionalidades y por los inmigrantes de origen africano, han producido un variado legado histórico que pervive en la esencia de sus habitantes.
Los principales exponentes del Patrimonio Cultural nicaragüense son los bienes arqueológicos de las culturas prehispánicas, especialmente cerámica y estatuaria; la arquitectura, pintura, escultura y orfebrería de la época colonial y de los siglos XIX y XX; la literatura de los siglos XIX y XX, y el rico legado de manifestaciones de carácter intangible, entre los cuales se destacan las fiestas patronales, los bailes tradicionales y la gastronomía típica, entre otros.


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